Recientemente, se ha dado a conocer información sobre una iniciativa del gobierno que ofrece incentivos económicos y apoyo logístico a ciertos inmigrantes indocumentados que opten por abandonar Estados Unidos voluntariamente. Según el Departamento de Seguridad Nacional, esta medida podría generar un ahorro significativo para el gobierno, estimando un costo aproximado de $4,500 por persona para facilitar la salida voluntaria, en comparación con los aproximadamente $17,000 que cuesta un proceso de deportación tradicional que incluye arresto, detención y deportación.
La propuesta incluye la financiación de pasajes en vuelos comerciales y un estipendio adicional de hasta $1,000, el cual se pagaría una vez que se confirme la salida del individuo del país. Para acogerse a esta opción, los inmigrantes indocumentados deberían registrarse en la aplicación CBP One y presentar su notificación para abandonar Estados Unidos. Registrarse para la autodeportación también podría resultar en la pérdida inmediata de la prioridad de arresto por parte de ICE, permitiendo a la persona un tiempo para organizar sus asuntos antes de salir.
Aunque la oferta de recibir dinero y pasajes gratuitos puede parecer atractiva para algunos, expertos en inmigración advierten que tomar la decisión de autodeportarse es una acción drástica que puede acarrear consecuencias graves. Es fundamental considerar detenidamente todas las implicaciones antes de optar por esta vía.
Una de las principales advertencias es que una autodeportación puede crear barreras significativas para reingresar legalmente a Estados Unidos en el futuro. Esto podría afectar la posibilidad de regresar a través de peticiones familiares, visas de trabajo o cualquier otra vía legal.
Además, para aquellas personas que entraron al país bajo la categoría de CP One, que implica buscar refugio o asilo debido a persecución en su país de origen, regresar voluntariamente puede ser interpretado como una contradicción a su afirmación inicial. Si regresa a su país de origen, podría entenderse que la afirmación de que estaba siendo perseguido era falsa, lo que podría impactar negativamente futuras aplicaciones migratorias.
Es importante recordar que muchos inmigrantes ya tienen opciones establecidas para ajustar su estatus y obtener la residencia permanente dentro de Estados Unidos, aunque estos procesos puedan tomar tiempo. Por ejemplo, los cubanos que califican bajo la Ley de Ajuste Cubano eventualmente ajustarán su estatus; aunque el proceso puede demorar, es un derecho reconocido. De manera similar, personas de otras nacionalidades que entraron con parol humanitario, están casadas con ciudadanos o residentes estadounidenses, o tienen hijos ciudadanos estadounidenses, también tienen vías para ajustar su estatus. Aquellos con casos de asilo sólidos igualmente tienen la posibilidad de ajustar su estatus basándose en el asilo aprobado.
Los procesos de ajuste de estatus y residencia pueden demorar, a menudo tomando varios años (por ejemplo, se menciona que la residencia puede demorar aproximadamente 36 meses, aunque algunas demoras pueden ser más largas o más cortas). Sin embargo, esta espera es considerada parte del proceso normal. Durante este tiempo de espera, muchas personas pueden obtener permisos de trabajo que les permiten trabajar legalmente en Estados Unidos.
Expertos han compartido experiencias de personas que se autodeportaron y luego lamentaron su decisión al enfrentar la realidad en sus países de origen, dándose cuenta de que la situación era diferente a como la recordaban o idealizaban.
Ante una decisión tan crucial, se recomienda encarecidamente que cualquier persona que esté considerando la autodeportación busque asesoramiento legal para evaluar sus opciones migratorias existentes y comprender plenamente las consecuencias a largo plazo de abandonar el país voluntariamente.