Cuando uno vive como latino en Estados Unidos, muchas decisiones gubernamentales que parecen distantes se sienten, en realidad, muy cerca. La colaboración de autoridades locales con ICE es una de esas políticas que se han ido colando poco a poco en la vida cotidiana, transformando nuestra relación con la policía, nuestras rutinas y hasta la forma en la que caminamos por nuestra ciudad.
En este artículo quiero compartir lo que he aprendido, lo que estamos viendo en muchas comunidades y por qué es importante entender a fondo cómo funciona esta cooperación entre fuerzas locales y agentes de inmigración, especialmente si eres parte de la comunidad inmigrante.
¿Qué es ICE y por qué importa su colaboración con autoridades locales?
Para quienes aún no están familiarizados, ICE (Immigration and Customs Enforcement) es la agencia federal encargada de hacer cumplir las leyes migratorias en Estados Unidos. Su labor incluye identificar, detener y deportar a personas que están en el país sin autorización legal.
Lo que ha cambiado en los últimos años, y especialmente con nuevos convenios, es que ahora muchas autoridades locales –como departamentos de policía o alguaciles– están empezando a colaborar con ICE mediante acuerdos formales como el programa 287(g), que permite a los agentes locales actuar como si fueran parte de ICE.
Este tipo de colaboración significa, en la práctica, que un oficial de policía local puede detener a alguien por una infracción menor (como no usar una luz direccional al manejar) y, si esa persona no tiene documentos en regla, entregarla directamente a ICE.
¿Cómo operan estos acuerdos en la vida real?
En estados como Florida, esta cooperación se ha intensificado de forma preocupante. Según reportes recientes, se han creado grupos de trabajo conjuntos entre ICE y autoridades estatales y locales, que salen a las calles a realizar operativos específicamente dirigidos a comunidades de inmigrantes.
Se realizan detenciones en lugares públicos, vecindarios, y en algunos casos incluso se instalan retenes. La información compartida entre ICE y las policías locales también permite crear perfiles de personas a vigilar.
Esto ha generado una atmósfera de tensión y desconfianza. Muchas personas ya no se sienten seguras reportando un crimen, participando en actividades comunitarias o incluso yendo a una cita médica si eso implica cruzarse con algún agente del orden.
¿Qué dicen los defensores de los derechos de los inmigrantes?
Numerosas organizaciones han alzado la voz advirtiendo que esta colaboración entre ICE y policías locales solo contribuye a aumentar el miedo y a debilitar los lazos entre las comunidades latinas y las autoridades que, en teoría, deberían protegerlas.
Desde hace años se viene denunciando que estas políticas no mejoran la seguridad pública; al contrario, la socavan. Las personas dejan de reportar crímenes por miedo a ser deportadas, se aíslan y viven en constante incertidumbre. Esto no es solo injusto, también es peligroso para todos.
Casos concretos: el impacto de estos acuerdos en comunidades latinas
En mi vecindario, por ejemplo, hemos visto cómo el simple hecho de tener acento o de parecer “diferente” puede hacer que un oficial te detenga, te interrogue o quiera saber tu estatus migratorio. Incluso personas con green card o con procesos legales en curso han sido detenidas por error y entregadas a ICE.
Una madre que conozco fue arrestada por no pagar una multa de estacionamiento. A pesar de ser un tema menor, fue retenida y transferida a custodia de inmigración porque no tenía un estatus migratorio definido. Perdió su trabajo y estuvo semanas sin poder ver a sus hijos, todo por una infracción menor.
Esto no es un caso aislado. En estados con acuerdos activos, como Florida y Texas, este tipo de situaciones se están convirtiendo en parte del día a día.
¿Qué puedes hacer si vives en una zona donde hay colaboración con ICE?
Primero, es importante informarte bien sobre si tu condado o ciudad tiene un convenio con ICE. No todos los lugares colaboran de la misma manera. Algunos estados han aprobado leyes que prohíben esta cooperación, mientras que otros la han promovido activamente.
También es crucial conocer tus derechos legales:
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No tienes que responder preguntas sobre tu estatus migratorio.
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Puedes negar el acceso a tu casa si no tienen una orden firmada por un juez.
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Tienes derecho a permanecer en silencio y a pedir un abogado si estás detenido.
Hay organizaciones como ACLU, NILC, y otras, que ofrecen guías detalladas y asesoría legal gratuita.
¿Qué podemos hacer como comunidad?
La respuesta no es sencilla, pero comienza por la solidaridad y la organización. Compartir información verificada, asistir a juntas comunitarias, hablar con nuestros representantes locales y, sobre todo, votar en elecciones locales y estatales cuando se tenga la posibilidad.
Muchos de estos acuerdos con ICE se firman a nivel de condado o ciudad. Es decir, el sheriff o el alcalde tienen mucho que decir sobre esto, y nosotros tenemos el poder de decidir quién ocupa esos puestos.
¿Seguridad o persecución?
Los defensores de estas políticas argumentan que ayudan a mantener seguras a nuestras comunidades. Pero cuando observamos las consecuencias reales –familias separadas, miedo en las calles, personas detenidas por errores o asuntos menores– es difícil no pensar que esto es más una estrategia de persecución que de protección.
Como parte de la comunidad latina en EE.UU., sé que muchos de nosotros hemos llegado aquí buscando seguridad, trabajo y un futuro mejor para nuestras familias. Pero en este clima de creciente colaboración entre ICE y policías locales, ese sueño puede convertirse en una pesadilla si no estamos atentos y organizados.